Mayor atención a nivel mundial para la tuberculosis, incluida un mayor financiamiento para encontrar pacientes que faltan

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Autor:  Andrew Green

A través de sus inversiones catalíticas, el Fondo Mundial está ampliando 125 millones de dólares para buscar casos de tuberculosis

A finales del año pasado se lanzaron dos iniciativas de alto perfil, cada una diseñada para reforzar la respuesta a la epidemia mundial de la tuberculosis.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 10,4 millones de personas contrajeron la enfermedad en 2015, incluyendo 480.000 pacientes con TB multirresistente (MDR). Se considera que 1,8 millones de personas murieron de tuberculosis ese año, incluyendo 400.000 muertes por tuberculosis entre personas que viven con el VIH. Estos datos la convierten en el asesino infeccioso número uno del mundo.

De los 800 millones de dólares para inversiones catalíticas que la junta del Fondo Mundial aprobó en su reunión de noviembre (ver artículo GFO), 125 millones fueron asignados a la búsqueda de casos de TB. Esto se suma a las asignaciones básicas de cada país dedicadas a la detección de casos.

Mientras tanto, en diciembre la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) acordó celebrar una reunión de alto nivel en 2018 sobre la tuberculosis con el objetivo de aprovechar los esfuerzos existentes para poner fin a la epidemia.

“Necesitamos presionar a los países a pensar realmente más allá de las cosas habituales que tienen que hacer para identificar a más personas que se están afectadas por la tuberculosis,” comentó con Aidspan la Dra. Lucica Ditiu, Directora Ejecutiva de Stop TB Partnership, (Alianza Alto a la Tuberculosis).

Las inversiones catalíticas del Fondo Mundial, que se basarán en las asignaciones del ciclo de subvenciones 2017-2019, están diseñadas para adaptarse a una nueva estrategia de seis años adoptada por la Junta del Fondo Mundial el año pasado (ver artículo GFO). Entre los objetivos estratégicos se encuentra el compromiso de maximizar el impacto en la lucha contra el VIH, la tuberculosis y la malaria.

La Dra. Ditiu dijo que encontrar casos que faltan de tuberculosis e iniciarlos en el tratamiento es una de las mejores maneras de maximizar el impacto. Esto es especialmente cierto para los pacientes con MDR-TB, que es caro y difícil de tratar.

“Si no encontramos estos casos y no somos capaces de diagnosticarlos correctamente, ponerlos en tratamiento y darles el cuidado adecuado, no lograremos parar nada,” añadió. Pero el número total de casos no identificados o no reportados ha crecido realmente desde 2013, cuando era de tres millones, según la OMS, que afirma en su informe que sólo se diagnosticó uno de cada cuatro pacientes con MDR-TB desde de 2012. “Es un agujero negro que no se está encogiendo, sino que se está ampliando.”

Aunque las razones de las deficiencias en la detección de casos varían según el país, dijo que muchos pacientes enfrentan barreras para ingresar al sistema de salud, ya sea debido a la distancia, el costo o, en los casos de grupos marginales, el estigma.

El Fondo Mundial, en colaboración con asociados que incluyen a la Alianza Alto a la Tuberculosis, determinó que una cantidad significativa de las inversiones catalíticas dedicadas a esta enfermedad se utilizaría para ayudar a los países a introducir y ampliar un conjunto de servicios que se basan en principios de búsqueda, diagnóstico y tratamiento de todas las formas de tuberculosis y prevenir su propagación.

Este paquete, que en última instancia se adaptará a cada país, incluirá la detección sistemática (especialmente para la TB-MDR), una mayor distribución de tecnología de diagnóstico de vanguardia y un mejor compromiso del sector privado, que es donde muchos pacientes buscan servicios y mejoras en la investigación a través de encuestas y la recolección de datos sobre la búsqueda de casos y el tratamiento.

El Fondo Mundial utilizará dos enfoques diferentes para canalizar el dinero a la búsqueda de casos. En el primero, se asignará 115 millones de dólares en fondos de contrapartida para programas en países de carga elevada y alto impacto. El dinero se destinará en última instancia a entre cinco y diez de los países donde se calcula que viven del 70% al 80% de los casos de tuberculosis TB y MDR que faltan, según el Informe de Inversiones Catalíticas elaborado por el Fondo Mundial. Estos países son India, Indonesia, Nigeria, Pakistán, Sudáfrica, Bangladesh, la República Democrática del Congo, Tanzania, Ucrania, Myanmar y Filipinas.

El Fondo también destinó 7 millones de dólares de sus iniciativas estratégicas dentro de las inversiones catalíticas para hacer frente a las barreras específicas con el fin de encontrar casos de TB faltantes, especialmente en poblaciones clave, y 3 millones de dólares adicionales para el desarrollo de enfoques comunitarios e innovadores que permitan acelerar la búsqueda de casos.

La Dra. Ditiu dijo que existen comunidades en las que, ya sea por su género, orientación sexual o estado de pobreza, es tradicionalmente difícil encontrar casos, e instó al Fondo Mundial a utilizar el dinero para iniciativas estratégicas con el fin de solventar estrategias innovadoras que posibiliten identificar casos en estas poblaciones de difícil acceso.

“Es posible que el Fondo Mundial necesite tener más voluntad de arriesgar en el desembolso y uso de estos fondos,” dijo la doctora. “No pueden estar asombrándose cuando se les propone intervenciones que pueden no parecer muy ortodoxas, de lo contrario los fondos catalíticos podrían no tener tanto impacto”.

Parte de la financiación de la iniciativa estratégica también está destinada al desarrollo de políticas y a la promoción y la difusión de información, de acuerdo con el Informe de Inversiones Catalíticas.

Una tercera forma de financiación catalítica, que financia enfoques multipaís, también incluye 65 millones de dólares para intervenciones de tuberculosis multipaís, aunque no necesariamente incluye la búsqueda de casos.

La Dra. Ditiu dijo que espera que la reunión de alto nivel de la AGNU «traiga a la luz la necesidad de apoyo político y financiero tanto para la implementación de la tuberculosis como para su ampliación (incluyendo casos que faltan de tuberculosis y tuberculosis multiresistente), sino también la enorme necesidad de nuevas herramientas e inversiones en investigación y desarrollo para la tuberculosis”.

Las anteriores reuniones de alto nivel han estado orientadas a las políticas, ayudando a establecer un marco que los líderes nacionales y los ministros de salud puedan introducir en sus propios países.

La Asamblea General aprobó la resolución para celebrar la reunión tras una campaña dirigida por el Ministro de Salud de Sudáfrica, Dr. Aaron Motsoaledi, quien también es el presidente de la junta de la Alianza Alto a la Tuberculosis. Tras poner en marcha la campaña en septiembre de 2016, Alto a la Tuberculosis y sus asociados presionaron a los gobiernos para que apoyen el esfuerzo. En última instancia, una importante agrupación de países de la ONU, la Iniciativa de Salud Global y Política Exterior, presentó la idea frente a la Asamblea General en diciembre, donde fue adoptada.

Mario Raviglione, director del Programa Mundial contra la Tuberculosis de la OMS, dijo que su equipo ya está involucrado en las discusiones sobre la agenda de la reunión, y que entre las cuestiones que espera ver planteadas están el desarrollo de respuestas multisectoriales a la TB, la integración de MDR-TB en la agenda para monitorear y luchar contra la resistencia antimicrobiana y asegurar la entrega rápida de la última tecnología.

La reunión de alto nivel de la AGNU está programada después de una conferencia ministerial mundial de noviembre de 2017 en Moscú sobre la tuberculosis en el contexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Raviglione dijo que la idea para la reunión de alto nivel 2018 creció parcialmente a partir de esta conferencia, con la idea de que podría ayudar a atraer más atención – y más financiación – hacia las recomendaciones que surjan de Moscú.

“Hay una necesidad de liderazgo global,» comentó. «La tuberculosis no es una enfermedad que se puede afrontar únicamente desde la perspectiva de la salud”.